viernes, noviembre 11, 2005

Adios. . . . . .

Me encontraba sentado en mi sala de estar, bebiendo un poco de whisky y fumando el tercer cigarrillo de la noche. El clima era frío como cada invierno y soplaba ese tipo de viento que cala hasta los huesos.
Dentro de mi casa el ambiente era también frío y aunque mi pijama era algo térmica, de cualquier manera podía notarse lo gélido de la noche en mi aposento. El whisky era el complice perfecto y durante su recorrido de mi boca a mi estomago me irradiaba un poco del calor que tanto necesitaba mi cuerpo.

Las nubes engendradass por mi cigarrillo se elevaban formando pequeños espirales que se deshacían segundos después y, al seguirlos con la mirada, no pude evitar notar lo desgastada que está la pintura de mi techo y lo opaca que hace lucir la habitación.

Una sonrisa en mi rostro se dibujó al recordar la cantidad de veces que me he prometido pintar toda la habitación. . . . . . . -mañana lo haré –pensé mientras sonreía aún más.

Al encender el cuarto cigarro recordé las veces que me pediste que lo dejara. . . . . . . .esta vez no te molestarás por que encienda uno más. Recuerdo los buenos tiempos que pasamos, fue un timepo corto pero maravilloso. . . . . .y hubiera sido mejor si él no hubiera aparecido en nuestras vidas.

Tu decisión fue rápida y clara: - Me voy con él - me dijiste.
No pude siquiera pedirte una explicación, no pude tratar de convencerte de que te quedaras a mi lado, no pude hacer nada. . . . solo te vi partir, calladamente te miré salir por esa puerta que cerraste para no abrir jamás.

Se que no olvidas que te hizo daño, y que te lastimó, que te hizo llorar como yo jamás lo hice. También se que tienes presente como te dejó la última vez, y se que tampoco olvidas lo cruel que fue contigo al abandonarte cambiándote por otra mujer. . . . . . .se que nada de eso lo has olvidado, pero tambien se que tu amor por él permaneció aún con todo eso.

No se que apelativo mereces ante esto, solo se que decidiste volver a su lado. No se que tan feliz habrás sido junto a él, solo se que cuando llegaste a mi estabas muy dolida. No se que tanto esté dispuesto él a hacer por ti, solo se que a mi lado nada te hubiera faltado, porque por ti siempre fui capaz de todo.

Amor mío, sinceramente te deseo que seas muy feliz, deseo que nunca te arrepientas de esa decisión que has tomado, igualmente te deseo mucha dicha en esta vida que has decidido volver a vivir. . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . pero debes saber una cosa, una última cosa de mi parte: ambos sabemos que te hará lo mismo, ambos sabemos que te lastimará de nuevo, y solo quería que supieras que cuando el te deje y decidas volver conmigo, con quién te valora relamente, no tendrás un “te lo dje” de mi parte, obtendrás un “no más. . . .debiste haberlo pensado mejor”.

Si, te amo, pero no supiste valorar el amor que yo te di y eso no te lo puedo perdonar
Animo, cuando la noche se pone mas oscura es porque el amanecer está por llegar

martes, noviembre 08, 2005

Solo (Original: MEDIODIA)

Sentado en la terraza de mi casa, disfrutando de un relajante baño de sol, no del sol del medio día sino del sol de las tardes, ese que solo ilumina la tarde. . . . . . . .

Aquí, desde mi terraza, se pueden ver distintos panoramas de la vida, de la misma vida pero vivida de modos variados:
En el centro de la plaza los niños jugando, divirtiendose con una pelota. . . . un pedazo de plastico con aire en sus entrañas les da la más pura e inocente felicidad y los lleva a soñar con la fama y el reconocimiento. La mayoría de ellos corretea atras de la esfera roja con el simple objetivo de golpearla con todas sus fuerzas y una vez golpeada perseguirla de nuevo; es una rutina, un ciclo que se repite cada vez con mayor frecuencia pero que cada vez se torna más divertido para ellos. . . .parecen almas libres de maldad, son solo risas y carcajadas en un continuo andar que contagian a quien los observa. . . . . . . . . . . .

En una de las orillas de la plaza los vendedores expendiendo cualqueir cosa, siendo discretos cómplices de la odisea romántica que cada novio mantiene para con su pareja: flores, helados, algodones, manzanas acarameladas. . . . .cualquier cantidad de productos que facilmente se convierten en regalos perfectos para enamorar.

En los alrededores las parejas caminando juntas, algunas irradian mas ternura que otras, pero en si todas lucen enamoradas, unas tomadas de la mano, otras abrazadas, cada quien como mas le nace y le agrada. . . se ven realmente alegres.

Algunos padres de familia jugando con sus hijos pequeños, haciendo caras y gestos para hacerlos reír, revolcandose en el piso junto con ellos con el único objetivo de divertir a sus criaturas.

Más allá de las personas el panorama que más disfruto es el de los arboles danzando al ritmo del viento, moviendo con candencia y delicadeza sus ramas y sus hojas, se agitan levemente coordinandose con una maestría excelente, reanimando el paisaje que se puede ver desde mi terraza y sobre todo contagiando con su ritmo a todos quienes comparten terreno con ellos.

Las aves vuelan poco a poco hacia donde será su morada esta noche. . .algunas aún no lo hacen y han decidido posarse sobre la pequeña barda demi terraza, solo me contemplan, me miran y después me ignoran; estarán un breve momento sobre mi barda, luego marcharán.

Todo parece felicidad, todos son felices, todos sonríen, todos se la pasan bien.

De pronto una de las aves se acerca a mi y se posa sobre mi hombro, giro mi cuello para observarla y ella actúa como si supiera exactamente lo que yo iba a hacer, con calma me observa para después de unos segundo marcharse.

-¿Viste eso?- pregunté. . . . . . . .y mientras volteaba mi cabeza para mirar noté la silla vacía a mi lado.

Parece mentira que no tenga a nadie con quien compartir la vista desde mi terraza este sabado por la tarde.

Estoy solo, no hay nadie más conmigo en mi terraza ni en mi casa.



lunes, noviembre 07, 2005

Tú y la lluvia

Caminando con rumbo de mi casa, me sentía un poco triste por la soledad que me esperaba, por la misma que me iba a hacer compañía durante todo el fin de semana que apenas empezaba. . . . . . . es increíble como esos días de supuesto “descanso” son los más deprimentes para mi.

Al llegar me despojé del saco y la corbata, que más que prendas de vestir semejan más el escudo y espada de un caballero que no puede ir a la guerra sin ellos. Comenzaba a desabotonarme el segundo botón de mi camisa ya desfajada, cuando un gran ruido cautivo mi atención y mi pensamiento: un trueno.

-Lo que me faltaba!!- pensé. La noche iba a ser húmeda y fría, y la combinación de mi soledad con el ambiente seguramente me traería consecuencias.

Entré a la ducha y después de un buen tiempo bajo el torrente de agua caliente me coloqué la pijama y los lentes: me disponía a leer. Abrí mi libro y apunto estaba de envolverme en una entretenida lectura cuando mi estómago optó por imitar el ruidoso concierto que se llevaba a cabo allá a fuera y me recordó que otra vez no había comido nada en todo el día.

Me levanto de mi sillón y enciendo la cafetera; (es el alimento al que acostumbré a mi cuerpo para las noches) para matar el tiempo miestras está lista mi bebida, me acerco a la ventana para contemplar lo nublado que esta el cielo y sentir levemente lo helado de la noche. . . .la lluvia está próxima.

El andar apurado de una pareja llamó mi atención, se veían con prisa, pero contentos. . . .irradiaban felicidad mientras recorrían la calle velozmente; de pronto mi mente se fue hacia donde no la domino más, y me transportó hacía esa plaza que está cerca del centro, esa plaza en la que tantas veces estuvimos juntos.
Recordé aquella vez en la que nos sorprendió la lluvia y debimos correr a buscar refugio. Recuerdo como tomabas mi mano mientras corríamos, recuerdo a la perfección tu risa y tus continuos comentarios acerca de lo fria que el agua estaba..
En aquella ocasión llegamos a protejernos debajo de aquel toldo promocional de una tienda cualquiera, no recuerdo el lugar exactamente, pero recuerdo lo demás: recuerdo tu empapado abrazo y tu mojado beso, era tu manera de festejar el haber encontrado donde guarecernos del agua. Recuerdo como te acurrucaste en mi hombro y permaneciste largos minutos así, sin decir nada. Siempre me pregunté que pasaría por tu mente en ese momento, nunca te lo pregunté, sin embrago siempre quiese saberlo. ¿Sabes que pensaba yo? Pensaba en ti, en lo feliz que me hacías; si, estaba pensando en como salir de ese toldo y llegar a casa, pero pronto dejó de importarme eso y solo pensaba en lo afortunado que era de ser yo en quien tu te acurrucabas, lo afortunado que era de ser yo quien había recibido ese beso lleno de agua de lluvia y sobre todo lo afortunado que era de estar compartiendo tan bella experiencia contigo.

No recuerdo cuanto tiempo estuvimos bajo el toldo aquel, ni siquiera recuerdo alguno de los muchos personajes que desfilaron aquella tarde ante nosotros. . . . . . lo único que recuerdo es que estabamos juntos, y lo feliz que me sentía.. . . . . . . . .
De pronto un relámpago y las primeras gotas me devuelven a la realidad: debo cerrar la ventana. Apunto estaba de hacerlo cuando la lluviá arreció y ya no quise cerrarla. Saco la mano por la ventana y al verla mojarse no puedo más que pensar en aquella tarde, en aquel lindo recuerdo. . . no pude evitar pensar en ti. . . . una fotografía mental me mostró tu bello rostro sonriendo y ya no quise hacer nada más.

Regreso a servirme el café y me siento en mi sofá, en el que da a la ventana. Quise solo relajarme viendo la lluvia caer, pero mi mente me traicionó de nuevo: me la pasé viendo tu rostro con los ojos de mi mente y de mi corazón y no pude dejar de platearme una pregunta: ¿Por qué no estás a mi lado? ¿Por qué queriendote como te quiero no puedo tenerte junto a mi?. . . . . . . . . .luego de tantas vueltas lo único que pude hacer fue aceptar que no estamos juntos y decidí sonreír un momento, una sonrisa dedicada a ti, a lo mucho que me hiciste feliz.

. . . . . . Sigo esperando que vuelvas, pero mientras tanto quiero que sepas que aquí estoy, que sigo soñando contigo y sobre todo que te sigo amando. . . . . . . . . .

Tu sabes que es para ti, aunque no se asemeje mucho a lo que estamos viviendo

martes, noviembre 01, 2005

La distancia. . . . . . .

Abrumado por el horrendo y sinuoso camino de la monotonía y acompañado de un viejo amigo (el destino) me encontré entre mis pensamiento un extraño recuerdo. Uno de esos que consideraba perdidos hasta el día de hoy.

Al analizarlo encontré tu presencia, tu sonrisa que enamora, tus labios pequeños, tus mejillas con sus hoyos al sonreír, tus ojos negros y semi rasgados, tu pelo tan oscuro como la noche, tus manos pequeñas y delicadas. . . . . . encontré todo lo que me enamoró de ti.

Quizá lo normal hubiera sido sonreír, sin embargo yo no pude contener las lágrimas. . . . . estás a la distancia de una llamada, pero es solo tu voz la que escucharía; sabría tus pensamientos y sentimientos, pero no podrías demostrarmelos; saberte tan lejos solo me hace sentirme solo.

Esta soledad que me invadió luego de pensar en ti no es sino una parte de la que me ha acompañado desde mi partida, desde que tuvimos que alejarnos. Se que me amas y yo a ti, se que no has dejado de pensar en mi como yo en ti.

Cuento los minutos que faltan para poder verte, sin embargo son eternos los momentos que paso sin que estés a mi lado: me haces falta.

La esperanza alentadora de tu voz del otro lado de la línea es como un pqueño tanque de oxígeno en este enrome y profundo mar de la soledad en el que me estoy ahogando. . . . . . ambos sabemos que fue necesaria mi partida, igualmente ambos conocemos el dolor de la distancia.

Extraño tu perfume, el olor de tu cabello, extraño el calor de tus labios . . . . . . . te extraño amor mío, solo el saber que pronto podré verte de nuevo me mantiene en pie.

Lejos de todo, los días pasan tan lentos como jamás lo había imaginado.
La distancia ha abierto una herida en mi que solo puedes cerrar con tus besos

Te amo tanto que no podría amarte más. . . . . .

“Hoy es para ti, porque siempre te lo has merecido”