martes, noviembre 01, 2005

La distancia. . . . . . .

Abrumado por el horrendo y sinuoso camino de la monotonía y acompañado de un viejo amigo (el destino) me encontré entre mis pensamiento un extraño recuerdo. Uno de esos que consideraba perdidos hasta el día de hoy.

Al analizarlo encontré tu presencia, tu sonrisa que enamora, tus labios pequeños, tus mejillas con sus hoyos al sonreír, tus ojos negros y semi rasgados, tu pelo tan oscuro como la noche, tus manos pequeñas y delicadas. . . . . . encontré todo lo que me enamoró de ti.

Quizá lo normal hubiera sido sonreír, sin embargo yo no pude contener las lágrimas. . . . . estás a la distancia de una llamada, pero es solo tu voz la que escucharía; sabría tus pensamientos y sentimientos, pero no podrías demostrarmelos; saberte tan lejos solo me hace sentirme solo.

Esta soledad que me invadió luego de pensar en ti no es sino una parte de la que me ha acompañado desde mi partida, desde que tuvimos que alejarnos. Se que me amas y yo a ti, se que no has dejado de pensar en mi como yo en ti.

Cuento los minutos que faltan para poder verte, sin embargo son eternos los momentos que paso sin que estés a mi lado: me haces falta.

La esperanza alentadora de tu voz del otro lado de la línea es como un pqueño tanque de oxígeno en este enrome y profundo mar de la soledad en el que me estoy ahogando. . . . . . ambos sabemos que fue necesaria mi partida, igualmente ambos conocemos el dolor de la distancia.

Extraño tu perfume, el olor de tu cabello, extraño el calor de tus labios . . . . . . . te extraño amor mío, solo el saber que pronto podré verte de nuevo me mantiene en pie.

Lejos de todo, los días pasan tan lentos como jamás lo había imaginado.
La distancia ha abierto una herida en mi que solo puedes cerrar con tus besos

Te amo tanto que no podría amarte más. . . . . .

“Hoy es para ti, porque siempre te lo has merecido”