martes, noviembre 08, 2005

Solo (Original: MEDIODIA)

Sentado en la terraza de mi casa, disfrutando de un relajante baño de sol, no del sol del medio día sino del sol de las tardes, ese que solo ilumina la tarde. . . . . . . .

Aquí, desde mi terraza, se pueden ver distintos panoramas de la vida, de la misma vida pero vivida de modos variados:
En el centro de la plaza los niños jugando, divirtiendose con una pelota. . . . un pedazo de plastico con aire en sus entrañas les da la más pura e inocente felicidad y los lleva a soñar con la fama y el reconocimiento. La mayoría de ellos corretea atras de la esfera roja con el simple objetivo de golpearla con todas sus fuerzas y una vez golpeada perseguirla de nuevo; es una rutina, un ciclo que se repite cada vez con mayor frecuencia pero que cada vez se torna más divertido para ellos. . . .parecen almas libres de maldad, son solo risas y carcajadas en un continuo andar que contagian a quien los observa. . . . . . . . . . . .

En una de las orillas de la plaza los vendedores expendiendo cualqueir cosa, siendo discretos cómplices de la odisea romántica que cada novio mantiene para con su pareja: flores, helados, algodones, manzanas acarameladas. . . . .cualquier cantidad de productos que facilmente se convierten en regalos perfectos para enamorar.

En los alrededores las parejas caminando juntas, algunas irradian mas ternura que otras, pero en si todas lucen enamoradas, unas tomadas de la mano, otras abrazadas, cada quien como mas le nace y le agrada. . . se ven realmente alegres.

Algunos padres de familia jugando con sus hijos pequeños, haciendo caras y gestos para hacerlos reír, revolcandose en el piso junto con ellos con el único objetivo de divertir a sus criaturas.

Más allá de las personas el panorama que más disfruto es el de los arboles danzando al ritmo del viento, moviendo con candencia y delicadeza sus ramas y sus hojas, se agitan levemente coordinandose con una maestría excelente, reanimando el paisaje que se puede ver desde mi terraza y sobre todo contagiando con su ritmo a todos quienes comparten terreno con ellos.

Las aves vuelan poco a poco hacia donde será su morada esta noche. . .algunas aún no lo hacen y han decidido posarse sobre la pequeña barda demi terraza, solo me contemplan, me miran y después me ignoran; estarán un breve momento sobre mi barda, luego marcharán.

Todo parece felicidad, todos son felices, todos sonríen, todos se la pasan bien.

De pronto una de las aves se acerca a mi y se posa sobre mi hombro, giro mi cuello para observarla y ella actúa como si supiera exactamente lo que yo iba a hacer, con calma me observa para después de unos segundo marcharse.

-¿Viste eso?- pregunté. . . . . . . .y mientras volteaba mi cabeza para mirar noté la silla vacía a mi lado.

Parece mentira que no tenga a nadie con quien compartir la vista desde mi terraza este sabado por la tarde.

Estoy solo, no hay nadie más conmigo en mi terraza ni en mi casa.