lunes, noviembre 07, 2005

Tú y la lluvia

Caminando con rumbo de mi casa, me sentía un poco triste por la soledad que me esperaba, por la misma que me iba a hacer compañía durante todo el fin de semana que apenas empezaba. . . . . . . es increíble como esos días de supuesto “descanso” son los más deprimentes para mi.

Al llegar me despojé del saco y la corbata, que más que prendas de vestir semejan más el escudo y espada de un caballero que no puede ir a la guerra sin ellos. Comenzaba a desabotonarme el segundo botón de mi camisa ya desfajada, cuando un gran ruido cautivo mi atención y mi pensamiento: un trueno.

-Lo que me faltaba!!- pensé. La noche iba a ser húmeda y fría, y la combinación de mi soledad con el ambiente seguramente me traería consecuencias.

Entré a la ducha y después de un buen tiempo bajo el torrente de agua caliente me coloqué la pijama y los lentes: me disponía a leer. Abrí mi libro y apunto estaba de envolverme en una entretenida lectura cuando mi estómago optó por imitar el ruidoso concierto que se llevaba a cabo allá a fuera y me recordó que otra vez no había comido nada en todo el día.

Me levanto de mi sillón y enciendo la cafetera; (es el alimento al que acostumbré a mi cuerpo para las noches) para matar el tiempo miestras está lista mi bebida, me acerco a la ventana para contemplar lo nublado que esta el cielo y sentir levemente lo helado de la noche. . . .la lluvia está próxima.

El andar apurado de una pareja llamó mi atención, se veían con prisa, pero contentos. . . .irradiaban felicidad mientras recorrían la calle velozmente; de pronto mi mente se fue hacia donde no la domino más, y me transportó hacía esa plaza que está cerca del centro, esa plaza en la que tantas veces estuvimos juntos.
Recordé aquella vez en la que nos sorprendió la lluvia y debimos correr a buscar refugio. Recuerdo como tomabas mi mano mientras corríamos, recuerdo a la perfección tu risa y tus continuos comentarios acerca de lo fria que el agua estaba..
En aquella ocasión llegamos a protejernos debajo de aquel toldo promocional de una tienda cualquiera, no recuerdo el lugar exactamente, pero recuerdo lo demás: recuerdo tu empapado abrazo y tu mojado beso, era tu manera de festejar el haber encontrado donde guarecernos del agua. Recuerdo como te acurrucaste en mi hombro y permaneciste largos minutos así, sin decir nada. Siempre me pregunté que pasaría por tu mente en ese momento, nunca te lo pregunté, sin embrago siempre quiese saberlo. ¿Sabes que pensaba yo? Pensaba en ti, en lo feliz que me hacías; si, estaba pensando en como salir de ese toldo y llegar a casa, pero pronto dejó de importarme eso y solo pensaba en lo afortunado que era de ser yo en quien tu te acurrucabas, lo afortunado que era de ser yo quien había recibido ese beso lleno de agua de lluvia y sobre todo lo afortunado que era de estar compartiendo tan bella experiencia contigo.

No recuerdo cuanto tiempo estuvimos bajo el toldo aquel, ni siquiera recuerdo alguno de los muchos personajes que desfilaron aquella tarde ante nosotros. . . . . . lo único que recuerdo es que estabamos juntos, y lo feliz que me sentía.. . . . . . . . .
De pronto un relámpago y las primeras gotas me devuelven a la realidad: debo cerrar la ventana. Apunto estaba de hacerlo cuando la lluviá arreció y ya no quise cerrarla. Saco la mano por la ventana y al verla mojarse no puedo más que pensar en aquella tarde, en aquel lindo recuerdo. . . no pude evitar pensar en ti. . . . una fotografía mental me mostró tu bello rostro sonriendo y ya no quise hacer nada más.

Regreso a servirme el café y me siento en mi sofá, en el que da a la ventana. Quise solo relajarme viendo la lluvia caer, pero mi mente me traicionó de nuevo: me la pasé viendo tu rostro con los ojos de mi mente y de mi corazón y no pude dejar de platearme una pregunta: ¿Por qué no estás a mi lado? ¿Por qué queriendote como te quiero no puedo tenerte junto a mi?. . . . . . . . . .luego de tantas vueltas lo único que pude hacer fue aceptar que no estamos juntos y decidí sonreír un momento, una sonrisa dedicada a ti, a lo mucho que me hiciste feliz.

. . . . . . Sigo esperando que vuelvas, pero mientras tanto quiero que sepas que aquí estoy, que sigo soñando contigo y sobre todo que te sigo amando. . . . . . . . . .

Tu sabes que es para ti, aunque no se asemeje mucho a lo que estamos viviendo